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Características principales de la política monetaria ecuatoriana:

  • Dolarización plena:
    Desde el año 2000, Ecuador adoptó el dólar estadounidense como su moneda oficial, lo que significa que no tiene una política monetaria independiente. No emite su propia moneda ni controla la tasa de interés o la oferta monetaria directamente.

  • Ausencia de emisión monetaria propia:
    Al usar el dólar, Ecuador no puede crear dinero a través de su propio banco central, lo que limita las herramientas clásicas de política monetaria, como la impresión de billetes o la fijación de tasas de interés.

  • Control limitado sobre la inflación:
    Ecuador depende de la política monetaria y fiscal de Estados Unidos, por lo que su inflación está fuertemente influenciada por factores externos y las decisiones de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU.

  • Estabilidad cambiaria:
    La dolarización ayuda a mantener una estabilidad cambiaria, eliminando riesgos de devaluación y reduciendo la inflación a largo plazo, pero también limita la capacidad para responder a crisis económicas internas.

  • Dependencia de la política fiscal y regulatoria:
    Sin política monetaria propia, Ecuador debe usar la política fiscal (gastos e impuestos) y otras políticas económicas para influir en la economía.

  • Limitada capacidad para responder a shocks externos:
    Al no poder ajustar la moneda, Ecuador enfrenta mayores desafíos para adaptarse a shocks económicos internacionales, como variaciones en precios del petróleo o crisis financieras globales.

 Política Monetaria y Tasas de Interés

El objetivo de la política monetaria aplicada por el Banco Central del Ecuador en 1997 apuntó, en lo fundamental, a bajar la inflación, luego de los desajustes registrados en los primeros dos meses del año, que hacían correr el riesgo de una reaceleración del ritmo de crecimiento de los precios. Se pretendía, en consecuencia, asegurar la estabilidad de la moneda y la solvencia externa del país, lo que incentivaría, inequívocamente la reactivación.

La estrecha vinculación entre las políticas monetaria y cambiaria hacía que el margen de maniobra en lo monetario esté condicionada por la paridad del sucre en la banda cambiaria puesta en práctica por el Banco Central del Ecuador, y por su amplitud e inclinación. El esquema de bandas cambiarias es como se ha anotado, un sistema que permite una movilidad restringida del tipo cambio dentro de rangos predeterminados en función de los objetivos de política económica.

El gran desafío que debió enfrentar la política monetaria en el año 1997 fue, pues, la reversión de la tendencia inflacionaria, que se agudizó en los meses de enero y febrero. En un marco de inusual inestabilidad política, la autoridad monetaria buscó una posición adecuada para su objetivo, lo que sólo era compatible con una banda cambiaria recalibrada. Así, a partir del mes de marzo, tanto el piso como el techo de la banda se ubicaron en un nivel superior, sin que ello haya implicado la alteración de la trayectoria de la paridad.

La estabilidad del mercado financiero era otro motivo de constante preocupación para la autoridad monetaria, dado que el Banco Central del Ecuador es prestamista de última instancia del sistema. En este sentido, la gestión de política no puede perder de vista la potencial inestabilidad del sistema en función del nivel y variabilidad de la tasa de interés, más allá de lo manejable al interior del sistema y sin que ello suponga compromisos respecto de los objetivos monetarios planteados y de las expectativas de expansión de la economía.

La recalibración de marzo eliminó muchas de las presiones que habían pesado sobre la liquidez del mercado monetario; clarificó el horizonte de los agentes y permitió que las tasas de interés reales disminuyan considerablemente, tanto las tasas activas como las pasivas, registrándose incluso tasas pasivas negativas en gran parte del año. El margen de intermediación real también experimentó una disminución, aunque en menor escala, a partir del mes de julio.

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